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Filosofía para Niños (FpN)
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Filosofía para Niños (FpN)




Filosofía para niños es un programa que promueve el desarrollo del pensamiento a partir de las experiencias, ideas, reflexiones y previo conocimiento de los niños, teniendo como mecanismo pedagógico el dialogo y la indagación en el aula. Su creador, Dr. Matthew Lipman, es un distinguido profesor y director del programa de Filosofía para Niños en Montclair State University en New Jersey.

Pero el primero que realmente “puso en práctica” el imperativo pedagógico kantiano que dice que hay que enseñar a filosofar fue Leonard Nelson: un filósofo alemán que inspirándose en Sócrates y Kant, desarrolló en los años veinte un método socrático conocido como “diálogo neo-socrático”. “El objetivo de Nelson consistía en enseñar a filosofar a través de una didáctica no dogmática, que privilegiase el descubrimiento personal de los alumnos”.

Nelson utilizó esta metodología para enseñar filosofía y matemáticas a sus alumnos universitarios y para educar políticamente a militantes socialistas en la resistencia antifascista. Con Nelson se produce un gran giro copernicano: pasamos de una enseñanza teórica de la filosofía a un aprendizaje práctica del filosofar, es decir, a una práctica filosófica grupal. Lo que pasa es que esta práctica filosófica estaba reservada sólo a estudiantes universitarios y se estuvo que esperar varias décadas para que Lipman extienda la práctica filosófica también a los estudiantes de secundaria (setenta) y a niños de primaria (ochenta y noventa).

Pero retomando nuevamente al Dr. Lipman, que por muchos años después de enseñar filosofía en una forma tradicional, comenzó a tener un especial interés por la manera en que los niños desarrollan sus habilidades de pensamiento, es así que comenzó a escribir novelas filosóficas para niños en las que se discuten problemas filosóficos en una forma amena.

En estas novelas se estimula el pensamiento crítico y creativo del niño así como su imaginación moral que le permite comprender experiencias distintas de la propia y hasta auto-corregirse. Las habilidades del pensamiento son expresadas a través de discusiones en "comunidades democráticas de indagación". 

A diferencia de la educación tradicional, que considera que el alumno está en el salón de clases exclusivamente para aprender del maestro quien tiene las respuestas, Filosofía para Niños es un programa de desarrollo del pensamiento crítico y creativo en el que las experiencias, ideas, reflexiones y previo conocimiento de los niños son elementos fundamentales en el proceso de aprendizaje. 

En contraste de la mayoría de los programas que dicen conectar las diversas disciplinas a través de unidades temáticas o su similar, Filosofía para Niños deja entre ver esta natural conexión que es separada en las escuelas por propósitos didácticos. A través del pensamiento crítico, los niños descubren que aquello que hemos separado, no puede ser entendido sino en su totalidad. 

En la actualidad existen programas de Filosofía para Niños en todo el mundo y se ha traducido a más de cuarenta lenguas y se aplica en más de sesenta países, entre ellos: Irán, China, Rusia, Italia, Portugal, Estados Unidos y Canadá. 

Entre los centros más grandes de habla hispana están los centros de Filosofía para Niños en México, Argentina, España y Brasil, los cuales trabajan con versiones traducidas y adaptadas de las novelas de Lipman. 

Mi interés es establecer un proyecto de Filosofía para Niños en Panamá, que ayude no sólo a la formación de comunidades de indagación, sino que aplicada en barrios populares sirva para la prevención y rescate de niños en riesgo social, desde esta perspectiva es indispensable el desarrollo de ciertas condiciones mentales para cumplir este propósito. 

La indagación es una condición necesaria e indispensable en una comunidad educativa donde se aplique la Filosofía para Niños, ya que sin ella no hay forma de hacer una intervención pedagógica que tenga una repercusión efectiva en la forma de razonar del niño, y esto solo se logra en la medida en que el niño está pendiente de la intervención de sus compañeros, es decir, respetando la palabra del otro y dispuesto a continuar la discusión de una manera pertinente. 

En nuestras instituciones educativas el problema de la escasa participación de los estudiantes a la hora de indagar tiene que ver con la falta de atención, que se convierte en un mal habitual, que ha sido diagnosticado cada vez que se hace una evaluación institucional. 

Lo que se pretende es mejorar la capacidad de atención de los niños, a partir de la formación de comunidades de indagación y de esta manera permitir que el alumno participe organizadamente, respete la palabra y la opinión de los otros además de que pueda pensar de manera más crítica y creativa. 

Conjuntamente con el objetivo anterior se quiere orientar el desarrollo de las clases de una manera más organizada y coherente frente al conocimiento; comprometer al alumno en el reconocimiento del valor del otro y del respeto a la palabra y permitir la confrontación de ideas entre los alumnos como parte de ese reconocimiento de la otra persona.


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